sábado, 11 de abril de 2020

BREVES HISTORIAS DE RADIO - 3

3.- Emisoras "La Voz del Maule"

Transcurrir parte de la niñez y adolescencia sin grandes sobresaltos en Constitución fue placentero pero insoportable a la vez. Quizás por la ausencia de sorpresas. O por su exuberancia. Balneario favorito de muchos en tiempos anteriores a la llegada de Celulosa Arauco. Playas, río, cerros, montañas y comunidades rurales cercanas. Artesanías y un tren sacado de un cuento de hadas que llega hasta Talca bordeando el río Maule, uniendo un rosario de estaciones. 

Rodeado de cerros, allí era difícil sintonizar radio emisoras de "onda larga" antes de 1960 cuando la TV daba sus primeros pasos en Chile. Así que una buena opción era la "onda corta" instalando, para esos fines, una buena antena. Por esos años trabé amistad con un muchacho algunos años mayor. Caupolicán Sanhueza tenía una cualidad innata. Su asombrosa voz microfónica. Oirlo era como escuchar radio. Él lo sabía y lo disfrutaba. Me recomendaba escuchar "onda corta". "La voz de Canadá", "La voz de América" con Iván Silva Acuña, radio Nederland ("Imágenes musicales de los Países Bajos" con Patricio Bañados).

Y fui adquiríendo la afición. Instalé una enorme antena en el jardín de mi casa. Pude captar estaciones de Santiago y Talca. Las voces de Sergio Silva, Eleodoro Achondo, Oscar Fock, Raúl Matas, Hernán Pereira y muchos otros comenzaron a ser familiares. A tal punto que las analizaba para detectar virtudes y defectos. Los acartonados, los engolados, los "naturales".    

Entre los maulinos destacaba Eliano Santos, técnico visionario, único experto en electrónica del pueblo. Tenía una hija espectacular, hermosísima. Construye y cuelga dos gigantescas cornetas de madera en el techo del quiosco de la plaza de armas. En el centro de esas cornetas fija unos poderosos parlantes. Construye un potente amplificador de sonido. Lo instala en el segundo piso de un viejo edificio (que ya no existe) ubicado al costado sur de la plaza. 

Don Eliano tenía un ayudante. El Manolo poseía una varonil y hermosa voz estereofónica. Fue el primer locutor que escuché en mi vida. Obviamente, Manolo comienza a dar vida a "La voz del Maule" "transmitiendo" por las cornetas instaladas en el quiosco de la plaza de armas de Constitución.  La improvisada iniciativa se torna habitual. Todas las tardes "Emisoras La voz del Maule" funciona animando a la comunidad desde la plaza de armas. Avisos, recados y música a diario. Para escuchar había que acudir a la plaza.

Mi amigo, el Caupo, por sus dotes, fácilmente logró acceder a los micrófonos de "La voz del Maule".  Y se convirtió en el locutor alterno del Manolo. La "radio" maulina lograba dos locutores de lujo.
Pero el Caupo traía un as en la manga. Estaba perdidamente enamorado de una hermosa muchacha que pasaba de vez en cuando por la plaza. La jovencita, sin estar consciente de ello, era una réplica fiel de Emma Peel (Diana Rigg). Idéntico rostro, la misma melena, la misma silueta. Y un aire misterioso.

El Caupo se las ingeniaba para detectar cada vez que pasaba la joven por la plaza y, en ese preciso momento, comenzaba a recitar algún poema de Pablo Neruda con un fondo musical escogido.
Nunca supe cómo se llamaba la joven. Pero supongo que jamás se dio por aludida con los poemas. Siempre cruzaba rauda la plaza, sin detenerse.

Mi amigo emigró de Constitución. Me contaron que se radicó definitivamente en Punta Arenas y no volvió nunca más.

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